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Durante los últimos tres años, los católicos de todo Estados Unidos han estado participando en un acontecimiento emocionante e histórico en nuestra Iglesia, el Reavivamiento Eucarístico Nacional. Varios eventos han proporcionado oportunidades para que los católicos profundicen su amor por Jesús y desarrollen una relación personal con la Presencia Real de Jesús en la Sagrada Eucaristía.

A medida que el período oficial del Avivamiento llega a su fin, todos hemos sido invitados a participar en otro evento único e histórico llamado el viaje de “Caminar con alguien”. El Espíritu Santo nos está llamando a compartir la Buena Nueva con aquellos que no conocen a Jesús y no asisten a la iglesia. ¡Sí, ¡estamos llamados a evangelizar!

En el Evangelio de Marcos leemos que debemos amar a Dios y a los demás haciendo discípulos. Es hora de que seamos enviados al mundo como misioneros eucarísticos y contemos nuestras historias de cómo Jesús ha mostrado su amor por nosotros en nuestras vidas.

El Papa Francisco nos dijo en su exhortación apostólica, Evangelii Gaudium, Nº 120: “si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o largas instrucciones”. En nuestro caso, la formación es mínima, y está diseñada para ser completada semanalmente en pequeños grupos o individualmente.

Nuestro viaje implica un sencillo proceso de cuatro etapas que se centra en un enfoque “de corazón a corazón” para ayudar a alguien a dar un paso más cerca de Jesús.

Primer paso: Reza en adoración o junto al Santísimo Sacramento, pidiendo al Espíritu Santo que te guíe hasta la persona a la que quiere que acompañes.

Segundo paso: Pide a Dios que te abra la puerta para tener una conversación con esta persona y reza por cualquier problema u obstáculo que pueda impedir que la persona se acerque a Jesús y explore la fe católica más profundamente.

Tercer paso: Practica el arte de escuchar con empatía. No juzgues. Escucha las alegrías y las luchas de tu amigo en la vida, así como su fe o su falta de fe. Puede ser necesaria más de una conversación para empezar a hablar de su relación con Dios.

Cuarto paso: Reza al Espíritu Santo para que te guíe sobre cuándo invitar a la persona a Misa. Si la persona necesita sanación, puedes invitarla a participar del sacramento de la Reconciliación. Si la persona se niega y no muestra interés en asistir a Misa o a la confesión o a acercarse a Jesús, mantén a esa persona en tus oraciones. Luego, reza para que te guíen hacia la siguiente persona.

Al salir al mundo para evangelizar, debemos ser sostenidos por la comunión diaria o semanal de la Sagrada Eucaristía, el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús. Se espera que el camino de “Caminar con alguien” de cada persona, guiado por el Espíritu Santo, sea único. No hay una fórmula única para esta experiencia y viaje.

¿Te interesa ser misionero eucarístico?

Santa Teresita de Lisieux, patrona de los misioneros, ruega por nosotros.

Beato Carlo Acutis, ruega por nosotros.

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